Devocional. Cuando la Pasión por Dios se nos Va


Dios es amor. Y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en el. (1 Juan 4:16)
Dios es amor; si permanecemos en su amor y si estamos con el permanecemos en el y Dios permanecerá en ti, permanecerá con ustedes y permanecerá en mi. Entonces, que nos pasa o que nos ha pasado que la pasión por Dios y el primer amor por Dios se nos va.
Lentamente nos damos cuenta que ya no somos iguales y poco a poco cambiamos mas y nos damos cuenta que la pasión por Dios poco a poco se nos va. En tu mente te acuerdas como si estuvieras viendo un video del ayer y repites esas imágenes cuando le entregaste tu vida a Jesús. Cuando rendido y humillado o humillada a sus pies fuiste a el pidiendo su perdón, pidiendo socorro, pidiendo auxilio. Allí te desmayaste a los pies de Jesús y lloraste. Entonces, el te tomo de la mano, te levanto, te abrazo y limpio y perdono tus pecados.

Tus errores y todas tus faltas. Y te salvo de tu miseria y trajo la paz, la calma y la esperanza de una nueva vida en Cristo Jesús. Literalmente fue un amanecer con Cristo en tu vida y en tu familia. Desde ese momento todo cambio y naciste nuevamente tu y tu hogar. ¡Que hermosos recuerdos!
Entonces experimentaste el amor de Dios en tu vida y una pasión por Cristo y una pasión por Dios despertó en ti. Amabas a Dios con todo tu corazón. Pero, al pasar de los años, ¿Qué nos paso? Que lentamente la pasión por Dios se nos va. Es tan duro cuando la pasión por Dios se va. La indeferencia se hace dueña y se hace normal en nuestras vidas. Te da lo mismo si te arrodillas o no para orar y poco a poco tu vida y tu hogar se derrumba; ni siquiera cuenta te das.
Cuando el primer amor por Cristo se va, no se puede esconder la realidad y el vació y la soledad se adueña del hablar. Cuando la pasión por Dios se nos va, ya no vale la pena fingir y tampoco actuar. Lo primero era Dios y la familia, ahora esta en ultimo lugar. Ahora te domina la insensibilidad, aunque en el fondo de tu corazón sabes que estas mal y debes despertar.
Ahora ya no dependemos del Señor como lo hacíamos antes. Porque ahora somos profesionales en lo que hacemos o porque creemos que lo podemos hacer todo sin Dios. Nos olvidamos de las promesas que le hicimos a el. Ser cristianos ahora es fácil, ¡claro que es fácil!, si la cruz ya no es pesada. Es una cruz liviana y fácil la que llevamos ahora. Sabes, tienes que despertar, tenemos que despertar, tengo que despertar e ir arrepentidos a Dios nuevamente y pedir perdón, y tenemos que humillarnos a sus pies nuevamente.
Tenemos que volver a su primer amor, a sus brazos. Y que la pasión por Dios vuelva a nacer. Dios es amor. Dios no te olvida y en todo momento ahí estará contigo y lo prometido el cumplirá. Dios no te olvida, solo tienes que esperar. El entiende tu sufrir y tu soledad. En su tiempo el cumplirá lo que nos promete, porque el nunca te ha olvidado.
Dile a tu alma que alabe a Jehová. Alaba a Jehová en tu vida, en tu hogar, en tu trabajo y canta salmos a Dios mientras tú vivas.
Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabare a Jehová en mi vida, cantare salmos a mi Dios mientras viva.     (Salmos 146:1-2)