No es mi problema: Fábula de " El ratón y la ratonera"


Un ratón, mirando por un agujero en la pared, ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete.

Sintió emoción imaginando qué podría ser lo que contenía.

Quedó aterrorizado cuando descubrió que ¡¡¡ era una ratonera !!!
Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos:
"Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!!!"
La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y dijo:
El ratón fue hasta el cordero y le dice:
- ¡¡¡ Hay una ratonera en la casa, una ratonera !!!
Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones.
El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le dijo:
Entonces el ratón volvió a la casa preocupado y abatido para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa. La cobra mordió a la mujer.
El granjero la llevó inmediatamente al hospital. 
Ella volvió con fiebre.
Todo el mundo sabe que para alimentar alguien con fiebre, no existe nada mejor que una sopa.
El granjero agarró su hacha y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.
Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla.
Para alimentarlos, el granjero mató el cordero.
Pero la mujer no se curó y acabó muriendo.
Y el granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.
 

Así que: la próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que como no es tuyo no le debes prestar atención.... piénsalo dos veces.

"El que no vive para servir, no sirve para vivir"

"Todos tomamos distintos caminos en la vida, pero no importa a dónde vayamos, tomamos un poco de cada quien."(Tim McGraw)


Aunque los problemas de los demás no nos afecten directamente, en cierto modo, siempre nos salpica, sobre todo cuando se trata de las personas más allegadas. No es lo mismo ser discretos que pensar que ese no es nuestro problema, más cuando solicitan nuestra ayuda o, aunque no la soliciten directamente, esa ayuda haría mucho bien.
A veces tenemos que meternos en lo que no nos importa, lo que les ocurre a los que nos rodean sí es de nuestra incumbencia.

Si un amigo, vecino, compañero de trabajo o familiar nos comunica una preocupación, poniendo su confianza en nosotros, tenemos que darle nuestro apoyo y nuestra ayuda. Un consejo o un apoyo de nuestra parte harán que se sienta amparado y tranquilizado.