![¡Despierta al Llamado de Dios!](http://img.noticiascristianas.me/reflexiones/2012/01/27/despierta-al-llamado-de-dios.jpg)
El campo de entrenamiento tuvo un brusco
despertar para el
joven que se enroló en el ejército con el fin de
librarse de la autoridad de sus padres.
Consideró que
entrar al servicio, le ofrecería la libertad ansiada para
hacer lo que le placiera. Sabía que el entrenamiento era rudo, pero
tenía la certeza de poder lidiar con la situación. Además, el período allí solo
abarcaría seis semanas. ¡Y luego, libre al
fin!
Aquella mañana,
despertando por los gritos del sargento,
el joven soldado se vio de frente a la realidad. Mamá, papá y todos
sus maestros juntos, no podían compararse con lo que
estaba a punto de enfrentar. Sus seis semanas amenazaban con volverse eternas.
Escribía con
regularidad a sus padres e incluía notas de agradecimiento, las
primeras que estos recibieran de parte de su hijo. Incluso expresaba gratitud por la labor desempeñada
por sus profesores para con él.
Este joven conoció
pronto la importancia de aprender a tratar los peligros del
soldado en la guerra. Encaró la necesidad de
estar alerta y preparado.
El sargento entrenó
a los reclutas para anticiparse a la estrategia del enemigo,
estando conscientes de que este acechaba y se disponía a atacar sin
advertencia. Les enseñó que era también extremadamente habilidoso, que estudiaba y aguardaba nuestro momento
de mayor debilidad para agredirnos.
La Biblia expone que
debemos velar debidamente y estar instruidos; así no pecaremos. Dios ha
provisto la armadura apropiada y el entrenamiento requerido para vencer al adversario. Nos
convertimos en soldados de Cristo, al formar parte de Su familia.
Los enemigos de
Dios, también son los nuestros, y la batalla se libra por lo más precioso de
la creación del Señor: el alma humana.
Velad
debidamente, y no pequéis. 1 Corintios 15:34.